Su alto coste hace que hoy en día se use como revestimiento superficial.

Parece una reflexión diga de novela de Julio Verne pero, ¿habéis pensado alguna vez que piedras y moluscos que hace miles de años eran parte del fondo marino del Atlántico son hoy en día el material del que están hechos muchos de los edificios del centro de la ciudad? No sé a vosotros, pero algo así nos parece tan curioso como para que merezca la pena pararse a ver con detalle la composición de un elemento de construcción tan propio de Cádiz como es la piedra ostionera.

¡Es como si todo hubiera ido de abajo hacia arriba!

Y os preguntaréis ¿de dónde han salido estos bloques? Pues de las canteras de la cercana localidad de Puerto Real, actualmente sin actividad. Según la geología, la piedra ostionera es una roca sedimentaria muy porosa formada por restos de conchas marinas y piedras erosionadas del mar.

Si queréis reconocerla dando un paseo por el casco histórico de Cádiz, es de color marrón y aspecto áspero. Al acercar la mirada, podréis observar un entramado irregular de trazas de crustáceos.


Al acercar la mirada, podréis observar un entramado irregular de trazas de crustáceos.

En los siglos XIII y XIX se levantaron con piedra ostionera edificios militares, murallas y baluartes y construcciones civiles y religiosas. Portadas de casas que tienen o tuvieron en su tiempo cierta importancia también incluyen este material en su construcción y puede apreciarse con frecuencia si te fijas al detalle.

Sólo hay que perderse por el corazón de Cádiz para comprobarlo. Sin embargo, el alto coste de la piedra ostionera, hace que hoy en día se use sobre todo en placas delgadas y sólo como revestimiento superficial.

Si os ha resultado interesante esta curiosidad que nace nada menos que de un pasado primigenio, cuando estéis por Cádiz, seguro que miraréis a vuestro alrededor buscando ese universo fosilizado que ha quedado retratado en las paredes.